Por fin, tras muchas vueltas, mucho borrar, mucho corregir y muchas dudas, está publicado El alma del cuchillo y otros cuentos, una edición modesta, casera, sencilla, pero que ha permitido que algo abstracto y etéreo se convierta en algo físico que puede sujetarse entre las manos:
miniaturas
Zapatos de charol
Publicado en 50 palabras: http://www.cincuentapalabras.com/2014/06/zapatos-de-charol.html
Se ovilla sobre las baldosas frías, Laura lo mira fijamente durante unos segundos mientras aparta los volantes del vestidito para apreciar hasta el más mínimo detalle de la escena. Finalmente levanta su menudo pie derecho y deja que el brillo del charol caiga sobre la oruga con todas sus fuerzas.
La salida
En algún lugar de mi morada hay algún lugar que se llama “la salida”. La primera vez que escuché la expresión, la murmuraba una doncella moribunda, señalaba hacia el Este y repetía una y otra vez: “la salida”, “la salida”. Fui hacia el Este, pero no hallé más que una estancia tras otra (mi casa tiene más de cien). Una tarde de verano un joven barbado, que portaba una espada y, extrañamente, un ovillo de hilo, me ofreció un trato, si le perdonaba la vida, él me mostraría “la salida”. Acepté y desde entonces vago libre por campos y ciudades, cobrándome mi tributo.
El siguiente
Publicado en 50 palabras (http://www.cincuentapalabras.com/2014/06/el-siguiente.html)
El cuerpo pesaba mucho, lo arrastró al jardín, cavó un hoyo y lo enterró. Toda la noche le llevó limpiar el patio, las escaleras y el sótano; al acabar el trabajo, ya al amanecer, hizo café y revisó su facebook sentado en la cocina. Sonrió, acababa de elegir al siguiente.
¡Mira!
Publicado en 50 palabras (http://www.cincuentapalabras.com/2014/03/mira.html)
Ella no pudo evitar un grito de sorpresa. Pregunté qué pasaba mientras buscaba su brazo para apoyarme en él. Ella no contestó.
—¿Qué pasa? —insistí.
—Tiene tus ojos —dijo al fin—, tus mismos ojos.
Extendí la mano izquierda y noté entre mis dedos las pequeñas esferas. Recuerdo que había muchos.